El Reino Unido está decidido a convertirse en un actor importante en el mundo de las criptomonedas. Sin embargo, se enfrenta a un obstáculo inesperado: la lentitud de sus procedimientos regulatorios.
De hecho, la Financial Conduct Authority (FCA), la autoridad reguladora financiera británica, tarda en promedio más de un año en procesar las solicitudes de registro de empresas de criptomonedas.
Tiempos que enfrían los ánimos de las empresas
Según un estudio reciente del bufete de abogados Reed Smith, los tiempos de espera para obtener una autorización para operar en el sector de los criptoactivos en el Reino Unido son excesivamente largos.
Esta lentitud tiene la consecuencia directa de desincentivar a muchas empresas. Estas prefieren instalarse en países donde los procedimientos son más rápidos y las regulaciones más claras.
Las consecuencias de estos plazos son múltiples. La pérdida de competitividad es una de ellas. El Reino Unido corre el riesgo de perder su posición como hub europeo de criptomonedas en favor de otros países más atractivos.
La incertidumbre jurídica es otra consecuencia. Las empresas se enfrentan a dudas que frenan las inversiones y la innovación.
También podemos citar la disminución de las solicitudes de registro. El número de solicitudes de registro ante la FCA está en caída libre. Este hecho indica que las empresas se desesperan por obtener una autorización en un plazo razonable.
Varios factores explican esta lentitud, como la complejidad de las regulaciones. El sector de las criptomonedas está en constante evolución. Esto dificulta la elaboración de reglas claras y precisas.
La falta de recursos también es una fuente de retraso. La FCA podría no disponer del personal suficiente para procesar todas las solicitudes en tiempos razonables.
La agencia también podría dar una mayor prioridad a otros sectores financieros, en detrimento de las criptomonedas
Una situación que podría evolucionar
Aunque la situación es preocupante, es importante señalar que la FCA ha tomado medidas para acelerar el procesamiento de las solicitudes.
Además, la agencia ha publicado nuevas directrices y ha simplificado algunos procedimientos. Sin embargo, estos esfuerzos aún no son suficientes para reducir significativamente los tiempos de espera.
Para recuperar su competitividad en el sector de las criptomonedas, el Reino Unido debe tomar medidas más ambiciosas.
Por ejemplo, podría simplificar los procedimientos de registro. Reducir la burocracia y aclarar los requisitos regulatorios sería un buen comienzo.
También sería necesario reforzar los recursos de la FCA. Proporcionar a la agencia los medios necesarios para procesar rápidamente las solicitudes sería una opción.
También es crucial fomentar un diálogo continuo entre el regulador y los actores del mercado. La creación de grupos de trabajo permitiría adaptar rápidamente el marco regulatorio a las constantes evoluciones del sector de las criptomonedas.
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